martes, 4 de mayo de 2010

La ultima que tome...


Cogí la taza de te y empecé a removerla, el humo que salía de ella dibujaba mis pensamientos, si estabas a mi lado los entenderías sin dificultad; que increíble serian así las cosas; miraba como el azúcar se diluía en el y me sentía igual que ella en mi vida. Yo y esta necesidad irrefrenable de desaparecer, y de pronto entre en ella nuevamente estaba viajando. Hace bastante calor en este lugar más de lo que me esperaba, mi sangre hierve y la noto pasar por cada parte de mi cuerpo, queriendo salir y brotar de los poros de mi piel sin poderlo remediar, deseo que se convierte en locura dentro de mi ser.
Dulce sabor a canela en mis labios que quiero unir a los tuyos. Olor a frutas que me recuerdan a tu piel y mis manos se pierden sin saber que hacer, buscándote, llamándote. Desde aquí ahora el humo dibuja siluetas en lo alto de mi cabeza, seguirán siendo pensamientos pero talvez de mi subconsciente, diviso cuerpos entrelazándose, siluetas formadas con versos de aquel poema que escribí solo para ti. He absorbido su interior y como cuando eras niño y paraba la atracción, me quede con la sensación de querer más, mucho más.

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